Hoy, 21 de octubre, celebramos el Día Mundial del Ahorro de Energía
Partiendo de la base de que el “Día Mundial del Ahorro de Energía” debería celebrarse los 365 días del año, cada 21 de octubre la comunidad internacional conmemora este día con la idea de que nuestra sociedad tome conciencia sobre el ahorro de energía e incentivar un cambio de hábitos de consumo que permitan una mayor eficiencia en el uso de energía para el cuidado del medio ambiente.
Como sabemos, el consumo de energía implica el uso de recursos naturales, recursos derivados, sobre todo, de combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, que son limitados en nuestro planeta, y cuya extracción supone un elevado costo, no solo económico, sino también ambiental. A lo que tenemos que añadir el propio consumo energético que se lleva a cabo en la vida cotidiana, un hecho que nos obliga a hacer un uso racional de la energía y concienciar a la población de los beneficios que aporta y también de sus límites.
El cuidado de nuestro planeta se está convirtiendo en todo un desafío y ahorrar energía representa una responsabilidad colectiva. Ya no hay nadie que se atreva a negar el cambio climático, y en este contexto, resulta imperioso apostar por una forma de producir energía sostenible y segura que permita la reducción de las emisiones de gases de efectos invernadero entre un 80% y 95% entre 2050-2100. Un proceso de descarbonización energética que ha llevado a las energías renovables a ocupar un lugar protagonista de la energía mundial.
Acciones urgentes para frenar el cambio climático
En el marco del último Foro Económico Mundial (World Economic Forum), que celebró su 50ª reunión anual en Davos el pasado mes de enero, quedaron patentes numerosas llamadas a la acción urgente realizadas por importantes responsables políticos para frenar el cambio climático. Concretamente, Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, mencionó la importancia crucial del sector energético a la hora de recortar las emisiones globales. Birol destacó que, o asumimos unos objetivos ambiciosos, o no seremos capaces de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero: “El mundo debe intensificar su acción y debe hacerlo urgentemente”, declaraba Birol.
El sector de la energía es responsable de más de dos tercios de las emisiones mundiales. Para poder cumplir con los compromisos mundiales por el clima, la industria y los gobiernos deben tomar medidas para asegurar que esas emisiones alcancen su punto máximo lo antes posible y luego trabajar duro para reducirlas drásticamente.
Desde la AIE ya demostraron en su último informe que es posible reducir en un tercio las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía para 2030, mediante políticas rápidas e inteligentes de los gobiernos que den a las empresas y a los inversores los incentivos y la claridad que necesitan para acelerar las transiciones a la energía limpia.
Apostar por edificios sostenibles
Sabemos que los inmuebles consumen el 40% de la energía; por tanto, si queremos reducir la demanda energética, también tenemos que apostar necesariamente por edificios sostenibles que consuman menos. En este sentido, la Unión Europea aprobó una normativa que obligará, a partir de 2021, a que todos los edificios de obra nueva o rehabilitados sean energéticamente eficientes y, en el caso de obra nueva, disponer de energía renovable. Sin duda, más allá de construir todas las nuevas edificaciones bajo los estándares de consumo casi nulo, la rehabilitación de las viviendas es otro de los grandes retos para cumplir con los objetivos de ahorro energético marcados por la UE.
El reto del ahorro ha de ser un desafío al que hagamos frente, entre todos, los 365 días del año. Éstas son algunas de las propuestas para contribuir, a nivel individual, con nuestro particular grano de arena:
-Utilización de equipos (calefacción, aire acondicionado, ascensor…) que ahorren energía eléctrica y utilicen refrigerantes de última generación.
-Aparatos que controlen y limiten su uso.
-Utilización, siempre sea posible, de luz natural.
-Mejorar/optimizar la protección y el aislamiento térmico.
-Ventilación natural.
-Sanitarios que economicen el agua.
-Iluminación de bajo consumo.
-Fomento del reciclaje y de la reutilización de materiales, incluido su transporte a un punto limpio cuando acaba la vida útil del producto.
-Control de los recursos materiales, optando por aquellos de origen ecológico o reciclado.
-Apostar por el uso de energías renovables.
-Comprar energía limpia.
-Inspecciones periódicas para comprobaciones físicas del correcto funcionamiento de los equipos.
Dirección de Investigación y Ambiente