En la tarde de hoy martes 25 de abril el Prof. Ing. Hildegardo González recibió en su despacho al Dr. Enrique Marini Palmieri, quien en el marco de la Agenda Académico Cultural UNI 2017 ofrecerá un conversatorio sobre la obra “El baldío” del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos.
En la oportunidad el Sr. Rector agradeció la presencia del Dr. Marini, al tiempo de presentar el contexto en el cual se produce su visita en la UNI.
Por su parte el Dr. Enrique Marini, agradece la invitación y hace entrega de una obra de su autoría a cerca de la narrativa de Augusto Roa Bastos y de otros temas de la Literatura paraguaya.
El Rector también hizo entrega de una serie de publicaciones realizadas por la Universidad.
El Dr. ENRIQUE MARINI PALMIERI (Asunción, 1941) es ensayista, crítico literario y docente universitario. Licenciado en Letras por la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y doctorado en Filología hispánica y literatura hispanoamericana por la Universidad de la Sorbonne, Ejerció la docencia universitaria en París, Francia, como Profesor Titular en la Sorbonne Nouvelle entre 1989 y 1997, y como catedrático en la Universidad de Valenciennes et du Hainaut-Cambrésis entre 1998 y 2007, año en que se jubiló y regresó a su ciudad natal, donde reside desde entonces.
Al término de la recepción ofrecida por el Rector y parte de la Comisión de la Agenda de Actividades de la UNI, se le consultó acerca de varios aspectos, entre ellos:
¿Cuál es su percepción con relación a la obra de Augusto Roa Bastos “El baldío”?
Lo que hoy hago no será tan crítico como lo es mi libro porque yo descubrí hoy que lo que digo allí es cierto pero es fragmentaria, porque es evidente que dejar la muerte para tomar la vida tiene que tener una repercusión más importante. Al lado de mi mesa de luz tengo una silla cargada de libros, y cuando estaba preparando “El baldío” para venir aquí me encuentro con dos libros, una de ellas, la “Docta ignorancia” que fue una de las obras del famoso filósofo Nicolás de Cusa. Este título tiene una doble significación. En primera instancia se relaciona con la famosa frase socrática «sólo sé que nada sé», afirmándose la convicción de que el hombre no puede conformarse con las pocas ideas y conceptos que aprende de una escuela, sólo la consciencia de la propia ignorancia motivará la búsqueda de nuevos saberes o la profundización de los ya adquiridos. Es reconocer que el camino del conocimiento, de la ciencia, es infinito.
En segunda instancia la docta ignorancia nos hace referencia a una teología negativa, es decir, a un saber limitado sobre Dios. Nuestro entendimiento no puede llegar a alcanzar el Ser de Dios, por lo tanto nunca se podrá afirmar algo sobre Él, únicamente podremos decir qué no es.
En definitiva la docta ignorancia es un término que nos remite a la «humildad» académica, a sabernos pequeños ante el universo de conocimientos que nos envuelve; nos invita a dejar la arrogancia del intelectual mediocre, y a llenarnos de un espíritu curioso e investigativo que ame más las preguntas y los misterios de la vida que las certezas y los dogmas que convierten al hombre de hoy en fanático e intolerante. Entonces, qué nos provocó la lectura de la obra “El baldío”? esa Docta ignorancia, porque nos deja con la duda de qué es lo que dejó, qué es lo que se lleva, deja la muerta, lleva la vida.
Yo manejo conceptos de la docta ignorancia y aspectos de la metafísica de Aristóteles, pues Roa se ha inspirado muchísimo en esto, por eso muchas veces no sé si se resuelven o no las cosas en su obra, porque una de las características de sus obras dejar las cosas en la duda. Creo que él estuviera escribiendo ese “cuaderno de bitácora” para guiarlo al lector hacia lo que él quiere decir, a nosotros nos toca interpretar, deducir.
Fuente: DCOM
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