El último informe del PNUD sobre Informe Nacional sobre Desarrollo Humano y trabajo Decente en Paraguay sostiene que existe más de 80% de empleo es informal en Paraguay -8 de cada 10 trabajadores-, lo que representaría cerca de 3 millones de personas, de éstos un poco más de 545 mil personas tienen empleo formal y poseen jubilación, lo que representaría que sólo 2 de cada 10 personas ocupadas poseen régimen jubilatorio, en consecuencia se deduce que la mayor afección de nuestro país sigue siendo la informalidad, donde se detecta además la carencia de un ente regulador de seguro social. El índice de calidad de empleo en Paraguay sólo llega al 16.3%, promedio; personas que tienen 0 a 9 años de estudio sólo tienen un 4% de calidad de empleo. Estos son algunos de los datos reveladores que brindó Julio Fernández Frutos, Economista Jefe del PNUD Paraguay. Cabe destacar que la informalidad está vinculada con la precariedad en el empleo y exclusión de beneficios como pensiones, acceso a seguro médico y con frecuencia, acceso a una remuneración digna, apunta la publicación.
Explicó que para lograr el Desarrollo Humano, las políticas sociales y económicas deben expandir las capacidades y libertades de las personas en dos ejes básicos: formación de capacidades (salud, conocimientos y habilidades); y libertad de invertir esas capacidades en actividades productivas, el ocio y la participación socio-cultural y política. Acotó que donde hay mayor desarrollo humano hay mayor acceso al trabajo decente. El objetivo es superar la línea de pobreza
El PNUD entiende que el Trabajo Decente, define el trabajo productivo para hombres y mujeres en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana. Esto implica incorporar plenamente: empleo productivo e ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo y protección social; libertad de organización y participación en las decisiones que inciden sobre su vida; e igualdad de trato y de oportunidades. El acceso al trabajo decente implica incorporar plenamente: empleo productivo e ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo y protección social; libertad de organización y participación en las decisiones que inciden sobre su vida; e igualdad de trato y de oportunidades. constituye, finalmente, una herramienta fundamental para la reducción de las desigualdades y de la pobreza. Al invertir en las capacidades de las y los trabajadores, en oportunidades más equitativas y en espacios de negociación, el Estado potencia el funcionamiento del mercado de trabajo, reduce la violación de los derechos laborales, favorece el empleo de grupos vulnerables y fomenta el diálogo social. La creación paralela de un Piso de Protección Social contribuye a mejorar el Desarrollo Humano y Trabajo Decente para todas las personas. Para llegar al desarrollo humano y trabajo decente en el país, el PNUD, recomienda la modernización y creación de un ministerio de trabajo, empleo y seguridad social moderno; densificar la red de oficinas de empleo; unificar instituciones de capacitación; fortalecer sistemas de inspección y fiscalización (informatización, coordinación, profesionalización).
Muy revelador y elocuente el informe. Aunque muchos ya manejamos está información desde hace años, lastimosamente aún no existen políticas lo bastante serias y fuerte para combatir la informalidad laboral y reducir la pobreza