Dr. Luís Dávalos, presidente CONACYT: Acreditación ¿Utopía – Realidad?

Dr. Luis Dávalos, presidente del CONACYT.

Encarnación, 26 de setiembre de 2011.

El Dr. Luís Dávalos, Presidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONACYT, durante el 9º Congreso de Universidades Públicas del Paraguay, desarrolló la temática “Acreditación ¿Utopía – Realidad?”, sobre el contexto partió de la base de la inocultable necesidad del aseguramiento de la Educación Superior, para luego analizar por qué la acreditación es resistida y si, a pesar de ello, es posible alcanzar este estado superador de instituciones de excelencia para todos.

Refirió que hoy día nos encontramos en épocas de cambios y transformaciones, donde el Paraguay asiste al surgimiento del nuevo paradigma de la Educación Superior: la acreditación como garantía de calidad, y para alcanzar dicho objetivo se encauzaron esfuerzos hacia el camino de la evaluación y la acreditación guiados por la consabida necesidad de “aseguramiento de la calidad”, creándose la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (ANEAES), en correspondencia con muchas otras agencias que hacían lo suyo a distintos niveles regionales: CONEAU, ANECA, COPAES, ARCUSUR, CCA, RIACES, etc. Todas ellas, colaborando con la idea madre de aunar esfuerzos y criterios tendientes a la excelencia académica y a la integridad educativa regional.

Sin embargo, y como era de esperar, cuando se produce una ruptura en las estructuras tradicionales, hay sectores que comienzan a manifestar su resistencia y hay otros que abogan por un cambio inmediato. En este contexto argumentó “La idea es reflexionar sobre ambos aspectos, más que “pros” y “contras”, prefiero hablar de “riesgos” y “oportunidades” porque, de hecho, la decisión ya fue tomada y es hoy una política pública. Analizar riesgos y oportunidades nos ayudará a dilucidar una aplicación concreta de las soluciones que se vienen barajando en las esferas de lo ideal desde hace años pero que nos pueden parecer, en cierto modo, inalcanzables”.

En ese sentido, manifestó que la acreditación, vela por diversos intereses comunes: de los gobiernos, de las instituciones de la Educación Superior, de las asociaciones de profesionales y de la sociedad en general. Es por eso, que los organismos que lleven a cabo dicha tarea deben ser externos y tender a la mayor objetividad posible para garantizar la satisfacción de todos los sectores. Agregó que el proceso de acreditación de instituciones y carreras, más que un tema de agenda debería convertirse en un compromiso que promueva el beneficio comunitario y siempre nivele “hacia arriba”, confiando en que la educación es la mejor salida, tal como ha venido apostando nuestro país desde hace años.

El Dr. Dávalos se mostró optimista que la Acreditación es posible en Paraguay a pesar de las utopías en ese sentido dijo “si dejamos de lado nuestros prejuicios y nos abrimos a las nuevas oportunidades, es claro que podemos alcanzar nuestro objetivo. Pero para alejarnos de ideas abstractas, ya que en eso residen las utopías, me limitaré a proponerles acciones concretas que puedan ayudarnos a sellar un pacto prometedor con el futuro y a concretar el camino a la acreditación en tanto escalón de progreso.

Llevado al plano de las actitudes e iniciativas, tanto particulares como institucionales, podemos mencionar las siguientes:
Trabajar en pos de proyectos académicos relevantes, íntegros, eficientes e integradores; proyectos que sean congruentes con la institución y que generen un impacto positivo en su comunidad académica, que se desempeñen con responsabilidad y compromiso, que cumplan con los objetivos propuestos.

Trabajar en la promoción de la cultura de la calidad, asumiéndonos como responsables del proceso, difundiendo el nuevo paradigma y participando de los procesos de acreditación.

Promover la autoevaluación como instancia sistemática, sin la necesidad de imposiciones externas, no solo a modo preventivo para cuando le corresponda a nuestras instituciones sino también con el objetivo de revisar en profundidad todos los aspectos que hacen a la calidad académica”.

Sostuvo además que se debe valorar el trabajo de las agencias de acreditación y aprovechar sus visitas para expresar y proponer aspectos novedosos que puedan enriquecer al organismo, generando un ciclo de propuestas superadoras. Igualmente colaborar con el diseño de herramientas técnicas que permitan llevar a cabo una labor productiva y justa, para que el camino de evaluación y acreditación no se conviertan en meros trámites formales y burocráticos, sino que respondan al espíritu con el que fueron propuestos en la Ley, como instancias que faciliten el mejoramiento de la educación universitaria y aseguren la calidad de lo que se ofrece y participar en programas y proyectos de colaboración internacional para afianzar la integración regional desde las propias experiencias de cada uno de nuestros ámbitos profesionales.

Entre otras ideas importantes y recomendaciones, finalmente dijo que en definitiva, y por lo expuesto, apuesta a que la acreditación universitaria es posible y será, dentro de poco, una realidad construida por todos y para todos.